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PRIMERA REUNIÓN

  • Foto del escritor: ELLA, sobreviviente
    ELLA, sobreviviente
  • 3 ago 2019
  • 2 Min. de lectura

A veces, me despierto de madrugada. Las pesadillas de ese momento, no son frecuentes o habían dejado de pasar ya hace algunos meses. Es imposible volver a cerrar los ojos. Entonces veo el reloj. -Son las 4 de la mañana-.

Tengo demasiado miedo para volver a dormir, solo quiero una cosa, escribir.


Mi primera reunión con el bloque universitario feminista, la recordaré siempre.

Cuando entre solo conocía a una persona. Rebeca, quien me apoyo hablando de mi caso. Ella es hasta el día de hoy una de las activistas más resaltantes que conozco.

Ese día fui más por curiosidad que a aportar, ya que nunca había asistido a una reunión así.


En todo el desarrollo, me llamo la atención la voz y la expresión de una de las asistentes. Fue la primera vez que la vi. Verónica se veía cansada, tenían los ojos llorosos y la voz quebrada, comentaba lo mal que la pasaba esos días. Una amenaza de muerte, con personas bajando de un carro y apuntándole con un arma. Todo parecía ir alrededor de su caso, el cual a penas me enteraba. Fue la primera sobreviviente que conocí en persona, la primera de muchas. Se quedo un rato y luego tuvo que marcharse por seguridad, un par de compas la resguardaron a la salida.

Ese mismo día supe que tendría que conversar con ella. Parece extraño, pero luego me di cuenta que las sobrevivientes solemos darnos fuerzas cuando notamos que una esta desfalleciendo.


Conforme paso el tiempo note que, dentro de la agenda del bloque, siempre estaba anexado la frase “Nuevos casos”. Y fue así, los casos nunca se limitaron y la cooperación e indignación cada vez era más frecuente.

Conocí el caso de Solsiret y más tarde tendría la oportunidad de marchar junto a su madre. Nunca me acerque a presentarme, menos le pregunte porque se me quedaba mirando mientras caminábamos con nuestros carteles. No me imagino que pasaba por mente.

Ella se daba fuerza junto a la madre se Shirley, otra compa desaparecida hace ya buen tiempo.


-Hay tantas formas de encontrarnos en peligro. Hay tanta impunidad. Tanto desinterés en atendernos. Es muy fácil morir siendo mujer-.


También conocí a varias compas. -Muy importante la labor que cada una se asignado dentro de sus espacios-. Entre ellas a Celeste quien, apoyada por sus compañeras del colectivo en la UNFV, hacia seguimiento a su caso.

Otra vez se repetía el mismo patrón. Su caso como el de todas, parecía interminable y sin solución aparente. Para las autoridades universitarias, los actos de violencia de genero son algo sin importancia. Lo ultimo que supe es que el profesor ceso por edad y se fue tranquilo a su casa.


Al final de la reunión, me presente con una compa. ¿Cómo te llamas? Mili, solo dime Mili. Me dio fuerzas y le respondí: No sabes lo que es vivir sintiendo que todo el mundo te juzga y esta en contra de ti y ella me respondió: sí, lo sé. -Aún estaba en mi burbuja-

Después me enteraría del importante trabajo que hace como activista transgénero.

 
 
 

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