top of page

EL INICIO DE LAS DIFICULTADES

  • Foto del escritor: ELLA, sobreviviente
    ELLA, sobreviviente
  • 15 may 2019
  • 2 Min. de lectura

Había decido no pensar en si debía o no continuar mis estudios, dado que "el violador" continuaba ahí lo único que quería era alejarme de él y todo lo que tenga que ver. Decidí detener todo plan, meta o incluso rutina de vida, deje de trabajar. Simplemente, no pensar. Mi prioridad era tratar de recuperarme. Era consciente de que no estaba bien y el daño emocional influía en mi desinterés por mi salud. Había pasado un mes y continuaba comiendo poco, adopte la rutina de comer y tratar de mantener lo más que pudiera el alimento dentro de mi organismo pero, el más mínimo recuerdo, la sensación de tristeza... creo que era yo tratando de castigarme. El pensamiento de culpabilidad, un sentimiento que se inculco en mí luego de denunciar. (Es extraño enterarte que vas por justicia y lo que encuentras es tu propio juicio). Ambas situaciones marcaron mi vida para siempre.


Entre más intentaba obligarme a actuar y pensar minimizando todo y tener un día "normal", diciéndome “¡vamos! Tienes que continuar”, más sofocada me sentía. Mientras más reprimía mis ganas de llorar, mayor era mi malestar. Entre en un ciclo de depresión y para evitar sentirme “triste”, empecé a disfrazar mi realidad, me aleje de todas las personas, empecé a ver películas, series, dibujar, escuchar música lo que sea que no deje libre mi mente ni por un minuto, por lo que dormir aun continuo siendo muy dificultoso. Necesitaba mantenerme distraída. No quería pensar.


Creo que toda persona tiene miedo hablar sobre una situación que le pasó por miedo a ser juzgada, sea cual sea el daño por el que estas pasando. Y sé que tu primer juez siempre eres tú mismo, pero al final tú sabes lo que es justo. Siempre hazte esa pregunta ¿Qué es lo justo? (No puedo juzgar a quien no denuncia aun sabiendo que es lo que debe hacerse. En toda esta experiencia aprendí que no hay nada más importante que tú mismo, tu recuperación, que estés bien y a salvo de ese peligro que te acongoja).

Pero todo eso toma tiempo, mucho tiempo. Que no es medible. Cada quien se recupera bajo un determinado ritmo que nadie más que tú mismo manejas. Hay muchas cosas que influyen, para las personas que denunciamos, el daño viene de diferentes direcciones. Siempre me pregunto ¿cómo sería si no hubiera denunciado? y me imagino ahogándome entre el dolor y las lagrimas. Estoy casi segura que no hubiera podido guardarlo y continuar mi vida como si nada, como lo hacen ellos. LOS VIOLADORES, en mi caso el resultado sería el mismo. Todas hablamos, algunas tardan un poco más. No te dan un premio por hablar a tiempo. Habla cuando creas que debes hacerlo, siempre habrá alguien para escucharte, solo no tomes tan enserio sus consejos, siempre analízalos de acuerdo a tu convicción.



 
 
 

Entradas recientes

Ver todo
Resiliencia

Los días pasaban. Ya no estaba segura de por qué luchaba. Todo se volvió monótono, ya no tenía esperanza, pero no quería rendirme, así...

 
 
 
El abogado del diablo

Los días se habían vuelto fastidiosamente rutinarios, prefería hacer “nada” a tener que salir de mis cuatro paredes. Siempre buscaba una...

 
 
 

Comments


© 2023 por NÓMADA EN EL CAMINO. Creado con Wix.com

  • b-facebook
  • Twitter Round
  • Instagram Black Round
bottom of page